EL CAMPO VENEZOLANO



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7 abr 2014

Señalan que colas para comprar no indican alto poder adquisitivo

Expertos consideran que la tarjeta de abastecimiento tendrá uso político.


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SUHELIS TEJERO PUNTES |  EL UNIVERSAL

Esta semana un funcionario de Mercal señalaba que las colas para comprar alimentos son la señal inequívoca de la mejora de la capacidad de compra de la población.

El vicepresidente de Gestión Institucional de la red de establecimientos estatales, Ronald Rivas, señaló hace unos días que la cantidad de personas haciendo filas "demuestra el poder adquisitivo del pueblo".

"La gente aquí hace cola hasta para ir al cine. Eso indica la capacidad de compra y que los productos están en nuestras redes, los productos que necesitan en la población", dijo este jueves durante una entrevista en VTV.

Conindustria, en su reporte de coyuntura más reciente, señala que existe una acumulación de bienes básicos que no responde a una mejor capacidad de compra de la población, sino que es una consecuencia de la escasez de productos básicos que vive el país.

"Las restricciones al consumo (racionamiento) no lidian con las causas del problema, fundamentalmente la disponibilidad del producto", señala el gremio industrial en el reporte semanal.

"Cuando un bien de consumo básico se vuelve escaso, el consumidor puede adoptar estrategias de acumulación del mismo", destaca Conindustria en el informe de coyuntura.

Para el vicepresidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Luis Zambrano Sequín, el hecho de que las familias acumulen en sus despensas más productos de los que existen en los estantes de los establecimientos lo que en realidad revela es una profunda distorsión en el mercado, la cual es consecuencia del desabastecimiento.

En enero el Banco Central de Venezuela (BCV) dio a conocer por última vez la tasa de escasez. Era de 28% en enero, el nivel más elevado que ha registrado el ente emisor. Ya para febrero el resultado fue desconocido, y el presidente del BCV, Nelson Merentes, destacó posteriormente que el Gobierno no quería que ese índice se convirtiera en un dato de connotaciones políticas. "No queremos que los índices se conviertan en índices políticos que favorezcan a unos y perjudiquen a otros", dijo.

La tesis oficial

No es la primera vez que un funcionario señala que las compras nerviosas, colas frente a los supermercados e, incluso, la escasez son una consecuencia de un mayor consumo.

Un ejemplo de ello fue el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri, cuando en enero del año pasado dijo que "cuando se analiza el tema de la escasez, tenemos que estudiar también el tema del consumo. En los últimos años éste ha aumentado de manera considerable así como el poder adquisitivo de los venezolanos".

Meses más tarde el propio presidente Nicolás Maduro señalaría la existencia de un "sobrecalentamiento del consumo" y llamaría a la gente a controlar las compras nerviosas.

La liberación de la reserva estratégica de alimentos del Gobierno, tal como lo ordenó Maduro a mediados del año pasado, no hizo mella en la inflación ni en la escasez.

Tras acusar una posterior "guerra económica" que le permitió asumir normativas para controlar los precios y las ganancias de las empresas, el Ejecutivo, ya enfrentado a una escasez cercana al 30% en enero, lanzó la Tarjeta del Abastecimiento Seguro. El instrumento, que aplicará para las compras en la red de establecimientos estatales (Mercal, Pdval y Bicentenario), ha sido percibido por algunos sectores como la llegada del racionamiento de alimentos.

El investigador Luis Pedro España señaló que la tarjeta de abastecimiento es un forma de manejar el subsidio de alimentos con intenciones políticas y que se realiza en medio de la emergencia que supone la grave escasez que se registra.

"Hay un manejo politiquero de la escasez", dijo España durante una entrevista en el Circuito Éxitos.

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