EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

21 abr 2014

EL GOBIERNO NO QUIERE RECONOCER QUE LA AGROINDUSTRIA TENÍA RAZÓN














María Beatriz Parilli  Ultima Hora Digital


A inicios de este año el Gobierno descartó la liberación de precios, pero ya es un hecho que los consumidores venezolanos están pagando más por adquirir productos regulados de la canasta básica, medida que aunque era solicitada desde hace tiempo, para el asesor agroalimentario Rodrigo Agudo, llega de forma tardía y resultará poco favorecedora en un país donde la oferta es limitada.

El “pacto de caballeros” convenido entre el Ejecutivo nacional y algunos empresarios para vender los productos a precios superiores a los fijados en Gaceta Oficial, es una “espada de Damocles” que no controlará la especulación, sino que más bien la podría acentuar, según refirió el experto.

“El Gobierno no ha tenido la honestidad con la población venezolana en reconocer que los precios regulados ya no funcionan; entonces ha llamado a la industria que viole la ley, bajo un ‘pacto de caballeros’ que significa que no cumplas con los precios legales porque no te va a sancionar”, dijo.

Tras esta serie de “acuerdos” entre ambos sectores, considera que el Ejecutivo se escuda para no reconocer que el modelo económico ha fracasado y que los productores e industriales tenían razón cuando hace tiempo venían solicitando un incremento de precios que se ajustara a sus costos operativos.

“Cuando no se controle la especulación, el Gobierno no va a decir que es el culpable por no haber ajustado pública y oportunamente los precios, sino que va a acusar a la agroindustria de especulador o de estar planeando un ‘golpe’, en vez de reconocer que este sector lo que ha querido siempre es salvar la producción nacional ante un paquete de políticas que está totalmente equivocado”, aseveró.

Pero contradictoriamente, esta suerte de liberación de precios de algunos productos regulados, aunque reiteradamente solicitada por la agroindustria, no llega en el mejor momento. 

“Cuando tenemos un país con excelente oferta, eso funciona; el problema es que actualmente hay desabastecimiento, por lo que el vendedor termina marcando el precio que la da la gana para sacarle provecho a un rubro que está escaso”, indicó.

Equivocado 

Rodrigo Agudo cree que el sector oficial no lo quiere dar la cara al consumidor y reconocer que estaba equivocado, al tomar medidas más por obligación que por convicción, y que están fuera de lo que debe ser la orientación del modelo de desarrollo económico que este año no se perfila positivo para la producción nacional, ni siquiera para la siembra de maíz que iniciará próximamente y cuyos resultados podrían ser un 15% más bajos que los de 2013, ya que no tiene garantizada la totalidad de insumos y maquinaria que amerita.

“Mientras hablan de que reimpulsarán la producción nacional, importan alimentos a diestra y siniestra. El Ministerio de Alimentación admitió que importar animales vivos desde Colombia es un problema porque se genera un ‘carrusel’ con el ganado que entra y vuelve a salir del territorio nacional, pero en vez de corregir esto, decide que estas importaciones nada más las va hacer el Estado”, apuntó.

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