EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

23 mar 2014

Se agrava el desabastecimiento


Jorge Euclides Ramírez   El Impulso

Simultáneamente a los conflictos sociales generados por los estudiantes el Gobierno Nacional confronta problemas importantes debido a que el desabastecimiento de bienes básicos se profundiza. 

De allí que sobre el horizonte de un país convulsionado políticamente tiene que avizorar la posibilidad de estallidos populares nacidos de la impotencia ciudadana al no encontrar alimentos,  medicinas, artículos de limpieza y otros productos de uso obligatorio dentro de la cotidianidad. 

Y sobre este escenario de carencias extremas han pronosticado, con cifras en la mano, actores de buena fe del mundo económico así como también economistas de alto perfil académico, como ha sido el caso de Heinz Dietrich, ideólogo del Socialismo del Siglo 21 y Felipe Pérez Martí, exministro de Cordiplan, solamente para nombrar investigadores que en algún momento subscribieron el modelo económico intentado por quienes desde hace 15 años ostentan el Poder. 

La situación es muy simple. El Gobierno venezolano durante los últimos tres lustros utilizó la renta petrolera para financiar un modelo económico que se apalancó internamente en la transferencia masiva de dinero a las comunidades y externamente en créditos a fondo perdido a países amigos, creando así apoyos nacionales y regionales que le permitieron navegar viento en popa por encima de cuestionamientos sobre presuntos ventajismos electorales y denuncias sobre violaciones a Derechos Humanos. 

Pero como todos estos recursos monetarios no contemplaban la construcción de un aparato productivo interno que garantizara el autoabastecimiento, al acabarse los dólares implosionò también el modelo rentista. 

Ahora no hay dólares para importar lo que consumimos e internamente los factores productivos están con los brazos caídos y agotados de tanto luchar contra las asechanzas legales y materiales que les ha infligido el sector oficial por considerarlos enemigos políticos de la revolución. 

Quiere ahora el Gobierno Nacional un dialogo con los productores nacionales y los exhorta a producir, pero como respuesta recibe lógicas demandas sobre pagos de deudas atrasadas, precios retributivos, rectificaciones de tipo legal, insumos o dólares para adquirirlos, en fin, los actores del mundo productivo reclaman lo básico para retomar sus espacios económicos y al parecer el gobierno no tiene como cumplir estas exigencias. 

Como si esto no fuera suficiente el sector oficial insiste en proclamarse socialista y leales al pensamiento de Fidel Castro, con lo cual aleja drásticamente a quienes pudieran animarse a realizar inversiones propias para el rescate de la economía venezolana. 

Estamos mal y seguiremos mal. Luego de las actuales manifestaciones estudiantiles, sectorizadas y con horario, al parecer vendrán los torbellinos populares, masivos y de tiempo completo, empujados por el hambre y otras necesidades primarias. 

Dios nos proteja.

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