EL CAMPO VENEZOLANO



"SI EL CAMPO CRECE, TODO EL PAIS CRECE, SI AL CAMPO LE VA BIEN, A TODA VENEZUELA LE VA BIEN"

16 feb 2014

Falta de divisas agudiza la escasez

Anauco cuestiona que se responsabilice a la población de los problemas del país.


ANGIE CONTRERAS C. |  EL UNIVERSAL

Casi todos los productos que se manufacturan en el país requieren de al menos un componente que es importado. Bien sea la tinta para troquelar precios y fechas de vencimiento, materias primas, principios activos para medicamentos, material de empaque y envases, colorantes, repuestos, resinas, químicos, insumos para mantener las siembras agrícolas, piezas electrónicas, autopartes y textiles, entre muchos otros, requieren divisas para su importación.

Desde el último trimestre de 2013 el Gobierno nacional restringió aún más la asignación de divisas a cotización oficial para las importaciones del sector privado. Esta situación ha impedido que las empresas puedan reponer sus inventarios, trayendo como consecuencia mermas operativas y menos productos disponibles en los anaqueles.

El mercado nacional da cuenta del escaso flujo de divisas que hay en la economía. La escasez de bienes alcanzó en enero la cifra récord de 28% mientras que en los alimentos básicos se situó en 26,2%, de acuerdo con las cifras del Banco Central.

Este panorama luce poco alentador ante un escenario en el que el Gobierno se plantea un "reordenamiento en el manejo de las divisas", que se ha orientado hacia recortes para algunas áreas de la economía y a la asignación de dólares a una tasa superior a la de 6,30 bolívares para sectores considerados estratégicos y prioritarios.

Las deudas que las empresas privadas mantienen con sus proveedores internacionales son piedra de tranca para mantener el flujo de las importaciones, pues sus líneas de crédito se encuentran suspendidas por la falta de pago. 

De acuerdo con las cifras que han dado a conocer voceros de las líneas aéreas, fabricantes de autopartes, de laboratorios farmacéuticos, equipos médicos, agroindustria, industriales del plástico y telecomunicaciones, entre otras áreas, el retraso del Gobierno en la entrega de divisas está en el orden de los 13 millardos de dólares.

El Gobierno no ha dado luces sobre cómo será el pago de la deuda a las empresas privadas, ni cuál será el tipo de cambio para calcular el pago. Sólo ha dicho que los montos serán revisados minuciosamente.

Lo que sí ha quedado claro para los analistas, pese a los vaivenes del discurso oficial, es que no hay dólares suficientes para todos los sectores.

La diatriba se la planteó el propio vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez, al señalar que "la gran discusión es, le damos los dólares a los raspacupos o traemos los medicamentos, les damos los dólares a los viajeros o traemos alimentos". 

Transcurrida la mitad del primer trimestre, los venezolanos tienen dificultades para adquirir productos a los que se les daría prioridad. Los alimentos básicos no llegan con regularidad a los puntos de venta, hay dificultades para adquirir medicinas, repuestos para vehículos y productos de cuidado personal. Tampoco hay disponibilidad de bienes duraderos como equipos electrónicos y carros nuevos. Es escasa la oferta en boletos aéreos.

La culpa es del consumo 

A la luz pública, el Gobierno ha colocado sobre los hombros de los venezolanos la responsabilidad de la escasez de productos en el mercado.

Recientemente el viceministro de Alimentación, Carlos Franklin, alentó a la población a denunciar a quienes compren en exceso. 

Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), considera que el Gobierno debe cambiar el discurso y asumir la responsabilidad de los problemas económicos que atraviesa el país. "Deben reconocer que no hay dólares suficientes para atender las necesidades básicas de los venezolanos. Si lo necesitan deben solicitar ayuda al sector privado que es el que produce. La gente tiene derecho a elegir los bienes y servicios que quieren consumir sin que se les limite".

Destacó que adquirir productos se ha convertido en una tragedia. "Pasamos de fallas puntuales a una escasez general", y cuestionó que se intente criminalizar al consumidor "que aprovecha cada oportunidad para comprar lo que necesita".

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